Sus primeras palabras fueron
- Perdóname o mi caballero… - .
- ¿Caballero? ¿De que hablas? -
Con una calidad sonrisa, ella continuo - … se que has sufrido mucho para llegar aquí y me gustaría dejarte descansar a un más, pero el tiempo se esta terminando. No debes darte el lujo de estar por siempre aquí. Tu pueblo aun te necesita al igual que tus hermanos. –
Y de nuevo volví a interrumpir -¡¿Hermanos?! Yo no tengo a nadie, estoy solo en este mundo decadente y… -
Sin darme cuenta el viento soplo levantando la arena del lugar mientras que la voz de Ella resonaba en mis oídos.
- Perdóname o mi caballero… - .
- ¿Caballero? ¿De que hablas? -
Con una calidad sonrisa, ella continuo - … se que has sufrido mucho para llegar aquí y me gustaría dejarte descansar a un más, pero el tiempo se esta terminando. No debes darte el lujo de estar por siempre aquí. Tu pueblo aun te necesita al igual que tus hermanos. –
Y de nuevo volví a interrumpir -¡¿Hermanos?! Yo no tengo a nadie, estoy solo en este mundo decadente y… -
Sin darme cuenta el viento soplo levantando la arena del lugar mientras que la voz de Ella resonaba en mis oídos.
- Por mucho tiempo has vivido atormentado y una epoca de aparente paz estas por venir pero recuerda que sobre tu sangre cae la salvación y la perdición de todo tu pueblo. Solo tú y tu casta podrán salvar a tu estirpe o parecer con ellos en el sufrimiento y el dolor. -
Mi cabeza no entendía lo que sucedía y mi corazón aun no decidía que es lo que sentía, alegría, tristeza, miedo, coraje, excitación, odio, amor. Antes de que pudiera responder cualquiera de mis preguntas, cualquiera de mis sentimientos una ráfaga de viento sopló levantando el polvo de la calle y la contaminación obligándome a cerrar los ojos, lo último que escuche de ella fueron sus promesas de un reencuentro.
- O mi triste caballero cuando el tiempo sea correcto vendré por ti para llevarme esta proeza sobre tu espalda y puedas caminar libre o condenado por tus tierras.-
- O mi triste caballero cuando el tiempo sea correcto vendré por ti para llevarme esta proeza sobre tu espalda y puedas caminar libre o condenado por tus tierras.-
Caminó hacia el balcón con mucha tranquilidad como lo he hecho desde que Ella se presento, veo a esa esfera de fuego asomarse por las montañas pero no es lo mismo sin su presencia, su luz no da carisias a mi piel, ni susurros a mi oído. Mi corazón dice que la extraña a pesar de la carga que ha puesto sobre mis hombros, una carga que aun no comprendo.
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