martes, 8 de julio de 2008

El castillo de Arena

Despues de clases camino con tranquilidad hacia mi casa, no esta muy lejos del colegio pero eso me permite disfrutar un poco el mundo que me rodea, ese mundo que veo decaer todos los dias aun ofrece algunos regalos que pocas personas disfrutan. Siento el viento susurrar a mi oido, a veces juraria escuchar al viento hablar y decirme que el mundo esta cambiando, como si yo no me diera cuenta de eso todos los dias. Sigo disfrutando mi caminar y del sol sobre mi cara ese sol que espero que algun dia me hable de nuevo. Los carros, la gente incluso las pocas plantas todo parece tan vacio pero a la vez lleno de vida, de posibilidades de potencial de ser grandioso y aun así ninguno parece aprovecharlo.

Llego a mi casa a ese Castillo de Arena blanca en el que vivido tanto tiempo. A los ojos de una persona normal la estructura de mi casa sigue siendo la misma pero no ante mis ojos, ellos ven como cambia constantemente, ventanas, balcones, techos y cuartos enteros desaparecen para cambiar de lugar o quiza para no regresar por una temporada. Nunca he terminado de recorrer el Castillo aunque hay partes que siempre estan alli aunque a veces de diferentes maneras, el recibidor, la sala, el comedor, la cocina, el sotano, mi recamara y mi baño son las únicas constantes, nisiquiera las escaleras que llevan a mi cuarto son las mismas porque a veces se divide para llevarme a corredores nuevos con recamaras impresionantes.

Es obvio que el Castillo a cambiado de nuevo y decido al fin entrar. Lo primero que noto es que hay multiples pisadas en el recibidor, algunas de ellas llevan a la sala, el comedor, el sotano y hacia las escaleras, como si alguien hubiera estado recorriendo la intimidad de mi hogar sin escrupulo alguno. Lo siguiente que llama mi atención son las escaleras, aunque ellas nunca son iguales generalmente tiene un patron en su estructura, siempre pegadas a la pared o justamente enfrente de la entrada del castillo adornadas con un barandal dorado, esta vez las escaleras son diferentes han perdido su tonalidad blanca que va deacuerdo al castillo y estan cubiertas de lo que parece ser pintura negra cuando me acerco a ellas descubro que no es pintura negra si no un rojo muy obscuro. Además de estar cubiertas de rojo estan justo al centro del recibidor en una espiral que lleva hacia el techo y no se cuantos pisos más arriba. Decido subir las escaleras y seguir las pisadas de arena blanca que el intruso a dejado detras.

Aquel que haya entrado no se detuvo en ningun lugar, entro a mi cuarto a mi baño, movio cajones y muebles como si estuviera buscando algo, despues las pisadas salen de mi recamara y suben de nuevo las escaleras hasta un pasillo que nunca habia visto, un pasillo que del lado izquierdo esta lleno de ventanas y del lado derecho hay muchas puertas. El intruso entro a cada una de las recamaras pero no parece haberse detenido mucho en ninguna de ellas. Sus pisadas desaparecen justo en la mitad del ultimo cuarto, un cuarto vacio, con una sola ventana y su balcon y nada más.

martes, 17 de junio de 2008

Pesadillas, Dormidos y Luminosos

Camino a la escuela como todos los días pensando, imaginando, soñando y evitando hacer contacto visual con cualquier persona en la calle. No es porque me de pena quien soy o a donde me dirijo, si no porque me da miedo ver lo que hay en sus ojos. Cuando un par de enamorados dicen que los ojos son las ventanas del alma y que pueden ver a través de su pareja con solo verse a los ojos no tienen idea de lo cierto que eso es. Muchas veces cuando camino por la calle y veo a alguien puedo ver sus más grandes preocupaciones y sus más grandes alegrías e incluso a veces sin necesidad de verlos puedo sentir su dolor en todo mi cuerpo y en especial en mi corazón. Es por eso que muchas veces prefiero estar en mi propio mundo, alejado un poco de este mundo en el que vivimos.

Las clases pasan como siempre, apuntes aquí, ejercicios por allá, alguna que otra risa con algunos compañeros, nada del otro mundo. Mis ojos se sienten pesados cada veces que camino por los pasillos, los alumnos están tan “Dormidos”, si dormidos creo que es la mejor palabra para describirlos, frívolos, inmaduros sin tener idea de que existe un mundo allá fuera listo para comérselos vivos dormidos en su propia frivolidad que no se dan cuenta que son como agujeros negros de energía siempre pensando en el Dios moderno llamado YO. Pero quizá no son los “Dormidos” los que me preocupan más si no las “Pesadillas encarnadas” aquellos que el dios YO ya no les es suficiente y se dedican a destruir todo aquello que tocan es como si aventaran energía negativa para todos lados. No son felices hasta que hacen la vida de alguien miserable, no les basta buscar la propia felicidad pasando encima de alguien si no que tienen que asegurarse que los de alrededor sean infelices.

Trato de evitar el contacto con cualquier Dormido o Pesadilla pero es difícil evitar que no te ataquen una veces que se dan cuenta que estas allí. Son pocos los "Luminosos", alumnos que emanan luz, muchos de ellos ni siquiera se dan cuenta del regalo que traen consigo, acercarme a ellos no es sencillo y mucho menos explicarles lo que veo a través de sus ojos, prefiero dejarlos simplemente ser y esperar que puedan despertar a algún Dormido o Pesadilla, aunque es raro tengo la esperanza de que suceda

lunes, 28 de enero de 2008

Ceremonia en la Mañana

Regreso a mi cuarto tranquilamente tratando de descifrar esas palabras tan extrañas que ella pronuncio hace algunos años. Pienso por un momento que quizá todo fue mi imaginación que mi mente me hizo un sucio truco para mantenerme estresado, preocupado y paranoico todo el tiempo pero después de un momento recapacito y me niego a mi mismo haber creado una ilusión tan perfecta desde los sonidos, las imágenes hasta el olor y el mismo polvo que se arrogo a mis ojos en aquel momento.

Me meto a la regadera con el agua hirviendo como a mi me gusta evaporándose casi al instante, pongo mucha atención en cada detalle de mi cuerpo, del shampoo sobre mi cabeza y el jabón sobre mi piel y dando gracias a… ¿Dios? ¿El Sol? ¿Energía? ¿a Ella?... aquella cosa que me permite estar vivo día a día. Aunque no creo mucho en eso, lo que he vivido a lo largo de mi vida me afirma que debe de haber algo más grande que nosotros mismos, observando, riendo, llorando e incluso jugando con nuestras vidas como si fuéramos piezas de ajedrez. Trato de no pensar en ello porque me confude y me trae aun más dudas que respuestas y continúo bañándome con mucha toda la paciencia posible.

Una vez terminando de bañarme, me seco y me pongo mi ropa y como todos los días pongo atención en cada detalle, los boxers y playera negra, las arrugas de mis jeans, los botones de mi camisa, las agujetas sin amarrar de mis tenis y por supuesto mi cabello. Los pocos que me han visto despertar en las mañanas me han dicho que es extraño verme hacerlo, a muchos les incomoda el silencio a otros les agrada mientras que otros simplemente no le ponen mucha atención por estar aun dormidos, lo que les llama más la atención es la ceremonia con que lo hago. Quizá los que más entienden porque es esto son mis amigos pero lo dudo, muchas veces no comprenden que pasa por mi cabeza y simplemente me dejan ser, si supieran que ellos tiene un papel tan importante en mi vida…en la vida de todos quizá lo entenderían mejor.

Me preparo un rápido licuado para comenzar el día, algo de leche, quizá un poco de chocolate y una fruta. Trato de mantener una dieta balanceada me gusta darle gracias a mi cuerpo por caminar conmigo todos los días y aguantar a veces los excesos a los que lo expongo, nada severo… no alcohol y nada de drogas… pero muchas noches en vela o ejercicios en exceso para liberar mi mente de basura que a veces pienso.

miércoles, 21 de febrero de 2007

Memorias II

Sus primeras palabras fueron
- Perdóname o mi caballero… - .
- ¿Caballero? ¿De que hablas? -
Con una calidad sonrisa, ella continuo - … se que has sufrido mucho para llegar aquí y me gustaría dejarte descansar a un más, pero el tiempo se esta terminando. No debes darte el lujo de estar por siempre aquí. Tu pueblo aun te necesita al igual que tus hermanos. –
Y de nuevo volví a interrumpir -¡¿Hermanos?! Yo no tengo a nadie, estoy solo en este mundo decadente y… -
Sin darme cuenta el viento soplo levantando la arena del lugar mientras que la voz de Ella resonaba en mis oídos.
- Por mucho tiempo has vivido atormentado y una epoca de aparente paz estas por venir pero recuerda que sobre tu sangre cae la salvación y la perdición de todo tu pueblo. Solo tú y tu casta podrán salvar a tu estirpe o parecer con ellos en el sufrimiento y el dolor. -
Mi cabeza no entendía lo que sucedía y mi corazón aun no decidía que es lo que sentía, alegría, tristeza, miedo, coraje, excitación, odio, amor. Antes de que pudiera responder cualquiera de mis preguntas, cualquiera de mis sentimientos una ráfaga de viento sopló levantando el polvo de la calle y la contaminación obligándome a cerrar los ojos, lo último que escuche de ella fueron sus promesas de un reencuentro.
- O mi triste caballero cuando el tiempo sea correcto vendré por ti para llevarme esta proeza sobre tu espalda y puedas caminar libre o condenado por tus tierras.-

Caminó hacia el balcón con mucha tranquilidad como lo he hecho desde que Ella se presento, veo a esa esfera de fuego asomarse por las montañas pero no es lo mismo sin su presencia, su luz no da carisias a mi piel, ni susurros a mi oído. Mi corazón dice que la extraña a pesar de la carga que ha puesto sobre mis hombros, una carga que aun no comprendo.

martes, 2 de enero de 2007

Memorias

La luz del sol que entra por la ventana forzándome a despertar tranquilamente esta mañana. Hace 2 meses que esa calida luz me levanta y me despierta avisándome que es un nuevo día para conocer al nuevo mundo al que pertenezco y en el cual deseo estar. Aun acostado en mi cama observo el balcón con la esperanza de encontrarla y correr a Ella, pero de nuevo… no esta. Me siento sobre la cama respirando profundo y buscando en mi memoria como era su figura y su vestido, tratando de recordar todo lo que paso aquel día.

Una nueva ciudad, un nuevo hogar, un nuevo refugio contra los demonios que por 7 años me han atormentado. Al fin soy libre de ellos, no tendré que soportarlos jamás porque nadie sabe que estoy aquí. No tengo familia, ni amigos que se preocupen por mí, solo estoy yo y jamás podrán encontrarme. La luz de un nuevo sol me golpea la cara, calentado mis ojos, mejillas, nariz y boca… es como si delicadamente me dijera que me levantara que he pasado demasiado tiempo dormido. Abro un poco los ojos dejando que estos se acostumbren a la luz. Alcanzo a ver una figura detrás de la ventana parada en el balcón, pienso que sólo es mi imaginación así que sigo disfrutando de mi primera mañana libre de esos demonios. Me siento sobre la cama aún con los ojos semi-cerrados y viendo al suelo dejando que la luz del sol bañe mi cuerpo cubierto por una playera y unos boxers. Esa luz que me despierta con un calor nada sofocante, como si se trataran de carisias sobre mi cuerpo. Volteo a la ventana buscando a esa esfera incandescente que me ha despertado, pero lo que encuentro en la ventana es a Ella.

Muchas preguntas pasaron por mi cabeza ¿Cómo es que llego hasta el balcón? ¿Cómo es que no me di cuenta de su llegada? ¿Quién es? ¿Qué es lo que quiere? ¿Cómo es que la luz del sol entra aun por la ventana con tanta facilidad? Largo cabello rubio, un vestido blanco que tapaba casi completamente su cuerpo pero que aun así dejaba ver su esbelta y perfecta figura a pesar de la tela, una piel blanca como las nubes y antes de que pudiera fijarme más, observe sus ojos azules que se encontraron con los míos, no pude evitar más que caminar hacia donde se hallaba Ella pero no para buscar respuestas a mis preguntas, camine sin miedo, sin duda, sólo deseaba estar más cerca de su presencia. Cuando estuve a un paso de ella comenzó a hablar como si hablara el sol mismo, como si ella hubiera sido la culpable de mi despertar esa mañana.